Cómo el body surf me ha convertido en un mejor surfista

Imagínate esto: has superado tus límites, te has salido de control y te has quedado fuera de la ola sin tabla. ¿Qué haces?

Naturalmente, a muchos de nosotros nos invade el pánico instantáneo.

Tan solo pensarlo provoca pánico en muchos surfistas incluso antes de haber empezado a surfear la ola y, como bien sabes, si te pones tenso en una ola, no vas a surfear al máximo de tu capacidad.

Aquí es donde el body surfing puede realmente ayudarte a aumentar tu confianza y a mantenerte relajado al surfear.

En el body surfing, enseguida te das cuenta de que todo es mental. Aunque una inmovilización pueda parecer eterna, normalmente dura solo de 3 a 10 segundos.

La experiencia de ser constantemente zarandeado y arrojado a la superficie te enseña a mantenerte relajado bajo el agua y empiezas a darte cuenta de cuánto más tiempo puedes aguantar la respiración si no estás constantemente en pánico por llegar a la superficie.

Igualmente importante, el body surfing te enseña a leer las olas, a cogerlas, a caer y a sumergirte rápidamente. Reduce la competencia porque no puedes moverte tan rápido, así que te concentras en estar en el lugar perfecto para coger lo que venga.

Puedes meterte en tubos pequeños, aprendiendo dónde colocarte para entrar en el tubo y dónde posicionarte en la zona de máxima presión. También aprendes a salir de la ola para no ser arrastrado.

Además, es divertidísimo. Disfrutar de las olas en la orilla con la marea baja y experimentar con olas que normalmente no te plantearías surfear. Así que anímate a probarlo la próxima vez que vayas a la playa.


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